2025: El año para conjugar el DESCUBRIR
Este es mi mensaje número 20 de agradecimiento a mi universo por el año que está cerrando y de develación sobre lo que mi alma añora y busca para el año que arranca.
Recorro lo que he escrito estos 20 años y me emociona sobre manera cómo mi alma me ha traído por diferentes caminos al lugar y al momento donde hoy me habito. Unos años ha sido más tangible el cómo lo que mi alma busca lo hago en mi presente temporal tangible, otros años los rumbos que mi universo ha tomado han sido a veces indescifrables, algunas veces frustrantes y dolorosos, pero siendo plenamente consciente de lo que está plasmado en estos 20 mensajes no hay una coma ni un punto que le reclame o reproche a mi camino, a mis decisiones, al universo.
Y así llegó a este último día del 2024, en las últimas horas del año, sentándome a escribir aunque tenía clara mi intención desde hace días.
Primero, para agradecerle al año de la comunalidad agradezco, honro y abrazo a toda la red de afectos que me ha permitido llegar hasta aquí, pero en particular a quienes me han permitido ser Rosa, Rosacris, Cristina, la colombiana, #laaraña, en sus tejidos, en sus vidas, en sus procesos, en los encuentros.
Honro y agradezco a quienes nos sostienen y nos cuidan en #CasaVerdeRose, a Roberta que es mi mayor sostén hoy día, porque nos cuida, a mi y a la manada. No solo trabaja conmigo, sino que en realidad su disposición y confianza me permite ser y estar en otros espacios más allá de mi cueva. A ella y a su familia, agradecimiento inmenso.
A Samuel, a Carlos, a Rodo y Licha, a mis vecinos, a Deya, a toda la comunidad de #Chiconcuac que ve a la colombiana rondando los caminos y que me cuida sabiéndome presente y permitiéndome asomarme a espacios donde no me siento ajena. A mis amigas Rocio, Gaby, Laura, Magnolia, y la otra Laura, un tejido de afectos para hablar desde otros aprendizajes y vivencias y apapacharnos en nuestro ser como mujeres que habitamos este lugar gracias. A Zuge quien al otro lado de la montaña con lucha de vida me enseña a diario sobre tenacidad. A mi red de aprendizajes de la tierra, a Asiel por ser guía siempre y a María Teresa porque sigue insistiendo en matenerme conectada con los tejidos aunque no nos hemos tomado el primer café juntas.
A mi comunidad de causa, los tejidos migrantes que nos conectan en la vida, nuestra esencia de las colombianidades vividas en especial desde las mujeres colombianas en México un apapacho sororo. A Yarima porque no puedo quererla y admirarla más y que cosa pa'bonita ha sido trabajar por tantos años juntas, a Maca que completa nuestro trio de vecinas que nos bailamos hasta el himno de Cuba y Colombia :); al combo de La Juntanza, a Andre y Colombianas en México, a Marce y las niñas. A Migrante 33, a la red de colombianidades, a Moises y Alejandra por el tiempo compartido, a las redes de aprendizajes que hemos ido tejiendo en el camino. Gracias a mi roomie Lilo, que la vida nos vino a juntar después de tantos años de conocernos y tener la fortuna de acompañarnos. GRACIAS.
A mis tejidos de apapacho al alma, Marisol, Tere, Pao, Karem, Erick, Rocio, Alberto, Alicia, Alejimena, Chucho, Lore, Nash, Fer... qué bonito honrar un año más de que sean mi familia extendida en México.
A mi ñoñada, mi comunidad de intensidades, gracias por todos los aprendizajes de este año. Mario, LuisFer, Naomi, Cris, gracias por el acompañar intensidades y reflexiones; Cris, Joha, Guillo, Irene, Iván, Astrid, Ade, Camilo, gracias profundas por el tejer. Frida, equipo MEC, César, Ana, gracias porque somos un equipo que cuida, gracias por cuidarme y gracias por enseñarme a cuidarme.
2024 fue también un año de viajes, de abrazos y de apapachos. Me apapaché profundamente en Dominicana y sigo disfrutándome las sensaciones que me dejó la isla. Fuí a El Salvador a ñoñar. Y fuí a Colombia a celebrar la vida y los caminos y a abrazar el corazón desde la barriga. Abracé a mi papá, a mi mamá, a mis hemanos y m Soffi. Abracé a mis amigas de toda la vida. Y fuí la hermana y la tía en vacaciones con Pato, Lucas y Leti en México. 2024 ha sido un año también reflexivo de ser mamá, de nuestra relación mamá hija, pero sobretodo de muchos buenos momentos juntas, a mi universo siempre gracias por la presencia de Paula en mi vida.
2024, fue un año de muchas primeras veces en muchos aspectos de mi vida, de encontrarme, reconocerme, explorarme, experimentarme, disfrutarme. Irónicamente la comunalidad la viví profundamente en lo personal, desde mi individualidad en mi relación con las otras y los otros. Me encontré con el concepto de compersión y desde lo más profundo e íntimo he entendido el compartir y la felicidad desde el disfrute, desde el soltar, desde el experimentar, desde las primeras veces de descubrir otras formas, otrros momentos de habitar el gozo. Gracias a los caminos que coincidieron en este año y que las experimentaciones sigan encontrando resonancia en los cuidados y buenas energías.
2025: el año del DESCUBRIR
Precisamente desde esa reflexión de las primeras veces, a estas alturas de mi años, decidí que mi próximo año lo honraría desde el DESCUBRIMIENTO. El descubrir en el autoconocimiento, en la exploración, en el reconocimiento, el placer y la felicidad con las otras y los otros. En el descubrir nuevos caminos, reconocer cómo el cuerpo vibra, se siente, se agota, se duele, se recupera, se disfruta, siente placer o siente incomodidad. El seguir descubriendo cómo me sobrellevo desde la fibro, porque ante ella no hay nada más que hacer que rendirse al descubrimiento de cómo hacerle el quite o cómo abrazarla cuando llega intensa.
Mi 2025 a nivel profesional, laboral y de causas serán un año dedicado a descubrir cómo hacer mejor lo que hacemos, cómo tejer más, cómo conectar mejor; descubrir otras formas de conversar, de impulsar transformaciones, de luchar por la protección y el ejercicio de los derechos humanos.
Mi 2025 en #CasaVerdeRose será un año de descubrir desde la responsabilidad, la disciplina, pero también desde poner los sueños en práctica, ejercer con creatividad y recursividad decisiones para seguir habitando en medio de un espacio de cuidados, aprendizaje y vida.
Deseo que el 2025 sea un año en el que nos entreguemos al disfrute de descubrir en el placer, en el gozo, en el aprendizaje, en el construir, en el entender nuestro cuerpo, nuestra mente, entender nuestras relaciones y tener todas las células del cuerpo listas para recibir señales que nos ayuden a construir nuevo conocimiento para ser mejores personas, mejores seres humanos, mejores ciudadanas y ciudadnos, mejores personas que integran comunidades.
Que el 2025 venga cargado de momentos que estimulen nuestra creatividad, que nos aligeren el alma, que nos ayuden a disfrutar más el presente, el hoy, a hacernos felices cada segundo, cada minuto, cada día en forma consciente.
Feliz 2025, que sea un año para descubrirnos desde el placer, el gozo, el disfrute y la creatividad para aprender y practicar cómo somos y nos hacemos felices en cada instante presente.
Un abrazo profundo para cada persona que no nombré aquí en esta nota pero con quien compartí instantes valiosos durante este año. GRACIAS por tu presencia, tu tiempo, tu energía, tu vida.
Mi nota de cierre del 2017: La PAZ comienza conmigo
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