JuventudES

Nunca me he negado a contar la edad que tengo porque afortunadamente he tenido mis temporadas de come años donde con orgullo afirmo los años que me poseen para que me echen flores porque no se notan. :)

Por lo mismo quizá "llevo muchos años de joven", trabajando con jóvenes, en una etapa de juventud que, a pesar de haber ya sobrepasado los años en los que se enmarca, espero que no se me acabe nunca. 

Escuchando a Jaime Garzón ayer, comenzando mi homenaje a su homenaje, repetí muchas veces su frase: "Si ustedes los jóvenes no asumen la dirección de su propio país, nadie va a venir a salvárselos nadie" y hoy reflexionándome y reflexionando en vísperas del Día Internacional de la Juventud y después de ver algunos de los registros fotográficos y de comentarios del 1er Reencuentro de JuventudES Colombia, decidí proyectarme hacia la Juventud que quiero seguir viviendo y hacia las JuventudES con las que quiero seguir construyendo en mi camino:

No hay una juventud, marcada o delimitada en una franja de edad, hay juventudES que conviven en etapas, en generaciones, en desconocimiento, en inexperiencia, en ganas, en anhelos y sueños, en capacidad de aprender, en vitalidad en el alma y el cuerpo. Hay juventudES que conviven con quienes a pesar de su corta edad reproducen los patrones de generaciones de mayor edad, juventudES que se desinteresan por el otro y l@s otr@s, que se cierran a soñar, que tienen pereza de moverse, cómodas con lo que otros adultos les han dejado, o que en sus intentos revolucionarios y contestatarios deciden anular a l@s otr@s porque piensan diferente. Yo quiero seguirme viviendo en las primeras juventudES las que siguen creciendo a lo largo de la vida, porque son juventudES de seres humanos, SERES, HUMANOS, que aprenden, se corrigen, se conocen, experimentan, sueñan, se equivocan, cometen errores y vuelven a alcanzar triunfos a lo largo de toda su vida. 

Quiero seguirme viviendo las juventudES que transforman. Las que han hecho que Colombia se viva y se vea y sienta viva desde la lejanía. Las que huelen a renovación y esperanza en Venezuela. Las que crecen con convencimiento de renovación en Guatemala. Las que se comprometen con el México que viene, y con las que me aprendo en el país donde construyo mi hogar actual. 

Quiero seguirme viviendo con las juventudES contestatarias pero que ejerciendo la reflexión construyen y no se quedan en la crítica. Que llevan la revolución a plantear nuevas evoluciones, y no a reciclar patrones que anulen al contrario por ser y pensar diferente. Quiero seguirme viviendo las juventudES que se deciden a vivir un mundo más humano y de más serES que se autocritican y reflexionan para no seguir en los espirales viciosos de querer (volver a) inventar la rueda sin traer innovación en cómo usar la original. 

Quiero seguirme viviendo entre, desde, con las juventudES con quienes nos sabemos distint@s pero donde aprendemos a complementarnos para ser mejores, mejores personas, mejores profesionales, mejores hombres, mejores mujeres, mejores equipos, mejores gobiernos, mejores sociedades, mejores familias, mejores países. Quiero seguirme viviendo con las juventudES latinoamericanas que se disfrutan distintas y se reconocen valiosas, que aman sus tierras y abrazan sus culturas.

JuventudES que construyen el mundo, que no dejan que él pase sin pena ni gloria. 
JuventudES que hacen cambios. 


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